Bio

Músico
Empecé mi formación de pianista en la academia de Oscar Ferro, continuando luego mis estudios en el conservatorio Alberto Williams (Chivilcoy), siendo este casi como un segundo hogar para mi.

En mi afán por adentrarme en otras ramas musicales, fui integrante de la banda de música «Guardia Chivilcoy» y del Coro Polifónico Municipal Chivilcoy, dos grupos a los que les tengo un especial cariño por todos los buenos momentos que pasé siendo partícipe de ellos.
Como pianista, integré muchos grupos con gran diversidad de estilos musicales, incluso siendo durante muchos años pianista y director del grupo «Con Sal Jazz», con el que tuve el placer de tocar en el «Festival Internacional de Jazz de la ciudad de Murcia» en el año 2010.

En septiembre de 2013, participé en el prestigioso «Yecla Jazz Festival», tocando con el grupo «Classical Jazz Project» y con la «Double Jazz Band».

Con algunos de esos grupos musicales gané varias menciones, como el primer premio del festival musical/teatral de la Universidad de Luján (Chivilcoy), primer premio en el encuentro de bandas y guardias en la ciudad de Villa Gesell y el primer premio en el concurso Jóvenes Talentos 2008/2009 (Murcia).

Actualmente soy el pianista de «Classical Jazz Project» y de «Unrisen Queen», esta última banda, reconocida como «La resurrección de la voz de Freddie Mercury» por Peter Freestone (Consejero, asistente personal, amigo y heredero de Mercury).

Como solista, he publicado dos discos: «Key» (julio de 2019) y «Chord» (julio de 2020); con un estilo muy personal en el cual mezclo jazz, electrónica y música clásica.

Escritor
Desde muy pequeño, jugué a ser escritor. Sentado en la máquina de escribir de mi abuelo —profesor de lengua, literatura y filosofía—, comencé a dar forma a enormes epopeyas que solían morir en un solo párrafo.

Ya en la escuela primaria, el manuscrito de una intrincada historia de terror se iba ensanchando bajo mi bolígrafo. Lamentablemente, el cuaderno que albergaba «La casa del miedo» desapareció para siempre, tal vez olvidado en un pupitre, sepultado bajo periódicos viejos, o tirado a la basura tras una limpieza exhaustiva. Sin embargo, esto no interrumpió mi pasión por la escritura, que continuó creciendo cada vez más compartiendo espacio con mi otra faceta creativa y profesional: la música.

Tras participar en varios cursos de creación literaria y ganar algunos premios de relato corto, encontré por fin mi voz y mi estilo con mi novela «La hoja carmesí», una historia que comencé a escribir por casualidad horas antes de dar un concierto de piano.